lo primero: ¡una buena distribución!
Con frecuencia las viviendas antiguas tienen una distribución obsoleta: largos pasillos, pocos baños, espacios excesivamente compartimentados, falta de armarios…
Gracias a un buen estudio de distribución podemos transformarlos en viviendas funcionales y espaciosas, adecuadas a la necesidad de cada cliente.
Os mostramos algunos ejemplos en viviendas de diferentes tamaños.